El primer Mercedes-Benz en la historia de Colombia
Entre 1921 y 1923 Alemania vivió una de las mayores crisis económicas de su historia que afectó por igual a todos los sectores, incluida su desde entonces muy prestigiosa industria automotriz. Los países vencedores de la Primera Guerra Mundial le impusieron a través del Tratado de Versalles un pago imposible de cumplir para reparar la destrucción causada durante el conflicto. A comienzos de 1922 las autoridades alemanas intentaban detener la acelerada devaluación con la emisión de trillones de marcos en papel moneda sin respaldo en oro, pero fueron obligados por Francia, Bélgica e Inglaterra a pagar la deuda con madera, hierro, carbón, trigo y otros recursos naturales, lo cual generó una acelerada hiperinflación que aumentó ¡dos millones de veces! el costo de vida.
En enero de 1923 los gobiernos de Francia y Bélgica ordenaron a sus tropas ocupar la macrorregión industrial y urbana de Rhein-Ruhr, para garantizar la entrega de los recursos adeudados. El descontento general produjo una gran huelga obrera contra los ocupantes extranjeros, pero fue controlada por el ejército alemán y en ese complejo escenario se dieron varios golpes de Estado fallidos , incluido el liderado por el entonces joven Adolf Hitler, por lo cual fue apresado durante un año. El precio del dólar norteamericano, que valía cuatro marcos en 1914, alcanzó la extraordinaria cotización de seis billones de marcos en octubre de 1923.
La consecuencia de esta inestabilidad política, hábilmente aprovechada por un partido nazi en alza, fue nefasta para la economía alemana cuya industria estaba prácticamente detenida y sus productos almacenados en bodegas por falta de demanda interna. En consecuencia, la industria automotriz se concentró en atender los pedidos de los cuerpos diplomáticos dentro y fuera de Alemania y en buscar escenarios más allá de las fronteras europeas.
Fue el caso de Daimler-Motoren-Gesellschaft -DMG- quien con su marca ‘Mercedes’ disputaba codo a codo con Benz & Co el liderazgo del sector premium de los mejores automóviles del mundo en mercados exclusivos y competencias deportivas. La Primera Guerra Mundial les había representado a ambas empresas un repunte económico gracias a numerosos pedidos de motores y vehículos para transportar tropas, pero la hiperinflación y el desempleo de posguerra les generó una prolongada crisis que solo superaron fusionándose en 1926 bajo la inédita denominación Mercedes-Benz.
Un claro ejemplo que ilustra esta coyuntura se refleja en la factura 26472 de la oficina de DMG en Berlín del 10 de octubre de 1922, con la cual la fábrica hizo entrega del Mercedes-Knight 16/45 PS (hp) Landaulet de cuatro cilindros, con chasís No. 20612 y motor No. 53495 a “Su Excelencia Luis Enrique Bonilla, Ministro de Colombia” por la suma de 4.460.000 marcos alemanes. Otras seis facturas relacionan el sistema de encendido Bosch, dos rines y una llanta de reserva, un reloj especial para el panel de instrumentos, odómetro, tapetes de fibra de coco y otros repuestos y accesorios. También aparece el costo de la gasolina y del envío de la fábrica de Unterturkheim a Berlín, donde residía el ministro ante el entonces denominado Imperio Alemán.
Por lo tanto podemos afirmar que el ministro Bonilla -general de la Guerra de los Mil Días- es el primer colombiano en poseer un Mercedes, pero por ahora no es posible confirmar que la compra se haya realizado con recursos públicos para la sede de la misión diplomática ubicada en Liechtenstein Allé No. 2 o con recursos privados para su uso estrictamente personal y familiar y tampoco si alcanzó a traer el vehículo al territorio nacional. Ambas posibilidades, sin embargo, suenan un tanto exóticas, porque no alcanzamos a imaginar a un diplomático saludando al público por las calles de Berlín en una carrocería landaulet (diseñada para exhibir personajes en la parte de atrás), o a un veterano de la Guerra de los Mil Días saludando a nadie en sus paseos dominicales o camino a su finca de recreo de Girardot bajo el inclemente sol del trópico, por lo que nos atrevemos a sugerir tímidamente que quizás esa exótica compra pudo haber sido encargada por la presidencia de la república para usar el Mercedes como coche presidencial.
En todo caso, ese magnífico Mercedes-Knight de 1922 es el primer Mercedes comprado por un colombiano ¡hace exactamente 100 años!
Por su parte, es muy probable que el primer Mercedes en circular por nuestro país haya sido un 28/95 PS Stadt-Coupé o un Mercedes 28/95 PS Phaeton, ambos fabricados de 1920 a 1924, si tenemos en cuenta que en un aviso publicado en la revista Cromos el dos de febrero de 1924, el señor Julio A. Salcedo -agente general de Daimler AG en Colombia- ofrecía estos modelos para el mercado local. Si llegó a vender alguno, por ahora no lo podemos confirmar. Algunas fuentes señalan la fecha del aviso publicitario en 1918 pero nuestra propia revisión de las revistas colombianas relevantes de 1922 a 1926 – incluida Cromos- descarta esa hipótesis. Otros autores afirman la existencia de exóticos Mercedes en Bucaramanga y Medellín antes de 1926. Por ahora, no podemos confirmarlas ni negarlas, pero lo intentaremos para futuras entregas de nuestro Magazín MBenz .expert.
El primercolombiano con un Mercedes-Benz:
Luis Enrique Bonilla Figueroa nació en Popayán en 1857 del matrimonio de Sinforoso Bonilla y Petronila Figueroa. Ingresó al seminario para hacerse sacerdote pero la guerra civil de 1876 lo llevó a incorporarse en las filas conservadoras y luego a trasladarse a Bogotá, donde se graduó como doctor en derecho en el colegio del Espíritu Santo. Más adelante regresó a Popayán donde fue profesor de la Universidad del Cauca, juez de Circuito, magistrado del Tribunal Superior de Justicia, todo lo cual dejó a un lado para combatir con grado de General en las filas de los ejércitos conservadores durante la Guerra de los Mil Días.
Años más tarde fue rector de la Universidad, gobernador del Cauca, cónsul general en Nueva York durante el gobierno de Rafael Reyes (1904-09), representante a la Cámara, ministro de Guerra en el gobierno de Ramón González Valencia (1909-10), cónsul general en Liverpool y por último Ministro Plenipotenciario en Berlín (1921-23). En primeras nupcias se casó con Ana María Velasco y en segundas con Raquel Plata Segura. Regresó a Colombia estableciéndose en su casa veraniega de la Esperanza en cercanías al ferrocarril de Girardot en donde falleció de un ataque cardíaco en 1924. El gobierno nacional honró su memoria en el Decreto 1656 de octubre 17 de ese mismo año.